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jueves, 30 de julio de 2009
Quien pudiera tener una bola de cristal para poder ver en su interior.
Quien la pudiera tener... o no. Siempre nos han repetido al comprar un producto financiero, también es porque está establecido por ley, que rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras.
Siempre que realizamos una elección debemos comprenderla, saber por qué la hacemos, qué estamos perdiendo al elegir esto y no aquello. Como diría un economista: "Calculemos el TIR de esta decisión."
Si comprendemos el por qué de nuestra elección podremos saber de antemano el futuro de esa decisión y no llevarnos la sorpresa al entrar en crisis sistémica. Es como tener una bola de cristal en la mano y saber utilizarla. Al final el futuro no termina de ser nada más que un espejo en el cual se refleja el pasado.
Ejemplos prácticos.
1.- Al tener controlados en su mayor medida los gastos y los ingresos mensuales es muy raro que uno se lleve sorpresas económicas, pues sabe muy bien hasta donde se puede llegar o hasta donde se puede uno arriesgar.
2.- Al analizar una inversión debemos ANALIZARLA. Algunas personas creen que analizar una inversión en bolsa es pensar unos segundos en ella a ver que le dice el nombre de la empresa, pero en realidad lo que su cerebro debería advertirles es: "no tengo ni idea de lo que es analizar una empresa, será mejor que lo aprenda o averigüe si es muy complicado antes de meter los ahorros de mi vida ahí". Pero es más fácil jugárselo a cara o cruz: Cara gano, cruz pierdo.
3.- Tener en cuenta el azar. El azar lo podemos definir, simplificando un poco, como aquellas circunstancias que no son previsibles, favorables o no, en el momento del análisis inicial. Es decir, tener en cuenta que a pesar de todo el esfuerzo de análisis previo pueden ocurrir, y de hecho ocurren, situaciones con las cuales no contábamos como guerras, accidentes, enfermedades, maquillaje de cuentas, etc. Al tenerlo en cuenta asumimos ese riesgo general y creamos para ello previsiones.
Conclusión.
Con todo esto lo que pretendo decir es que muchas veces futuros no deseables, o incluso los deseables, se pueden conseguir con un poco de planificación y el esfuerzo de ser constante.
Oportunidades siempre han habido y siempre habrán sólo hay que estar preparados para cogerlas. Simplemente planificando nuestros gastos e ingresos, sabiendo como analizar correctamente una inversión y teniendo un fondo para previsiones inesperadas es muy difícil que entremos en recesión económica.
El futuro es sólo la consecuencia lógica de un pasado a menudo desconocido u olvidado.
Todo esto nos deja mucho en qué pensar y tened en cuenta que, al final, siempre habrá alguien que te diga: "Te lo dije."
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