Invertir vs Especular.
A la hora de planificar nuestra estrategia de inversión deberíamos plantearnos no sólo qué tipo de inversión hacer sino más bien qué tipo de inversor somos.
Más que nada para que luego no haya sorpresas, pero ambos caminos igual de válidos para conseguir el mismo objetivo, alcanzar la libertad financiera.
Cuando invertimos aseguramos el capital por la obtención de un flujo constante de efectivo (CASHFLOW). Es el ejemplo claro de "vivir de rentas" y el cual supone una compra, casi compulsiva, de todo aquel ACTIVO que se nos ponga a tiro. Entendemos, entonces ACTIVO, como todo aquel bien que nos reporta una rentabilidad, vamos que nos dé dinerito. Entraríamos en el mundo anunciado por Kiyosaki de auténtico ingreso pasivo.
Cuando especulamos lo que compramos es un posible ACTIVO que esté infravalorado y que se prevea su revalorización. El ejemplo claro es la compra de mercadería en una empresa para revenderla al público o la compra de acciones para su posterior venta. Como en todo juego, apuesta o especulación nuestra "habilidad" se basará en la forma de encontrar un nicho de mercado o un posible ACTIVO infravalorado para comprarlo.
Cabe la posibilidad de que ese posible ACTIVO se convierta en un indeseable PASIVO. Como ejemplo podemos poner la mercadería no vendida y que tenemos que mantener en almacén o esas acciones que prometían subir y no sólo no suben sino que además se pueden encontrar a una mayor ganga.
RIESGO.
El supuesto riesgo es el que puede que va a determinar la balanza a una mayor o menor rentabilidad. A mayor riesgo o incertidumbre, mayor debería ser la rentabilidad alcanzada. Por ello montando un negocio se puede obtener buenas rentabilidades, mayores que invirtiendo en bonos del Estado (habría que determinar también qué Estado, ¿no?)
PRECIO, PRECIO Y PRECIO
El precio lo determina todo. Aquí parafraseo a D. Antonio Sáez del Castillo. Toda rentabilidad tanto de la inversión como de la especulación va a depender del precio pagado por el ACTIVO. Hasta para la rentabilidad de la renta fija.
Esto tiene una explicación sencilla y es que, en el fondo, lo pagado (PRECIO) influye de manera directa en la rentabilidad determinándose ésta en base al capital invertido.
Con este artículo no deseo realizar ningún juicio de valor sobre qué es mejor o qué debería hacerse pero sí me gustaría remarcar bien la diferencia porque, como diría nuestro viejo amigo, Gordon Gekko: Yo juego sobre seguro y los corderos van al matadero.
Un saludo.
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