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martes, 16 de febrero de 2016
Keep Calm and Carry on
Un buen consejo que me aplico y que doy, sobre todo cuando estamos hablando de situaciones financieras personales complicadas, es el de mantener la calma y seguir adelante. Máxime cuando llevamos casi 10 años de crisis financiera y he visto de todo. Hay familias las cuales poco a poco van rehaciendo su vida (adaptándose como pueden) para salir adelante. Otras parecen que han decidido darse por vencidos pues la presión ha podido con ellos (no han aprendido nada de la crisis y siguen entrampados) prefiriendo incluso, tras los escándalos de los adalides de la moral civil (los políticos), piensan en voz alta: ¡qué arda Troya!
Hay que tener mucho tacto a la hora de dar consejos o hablar de soluciones concretas para los demás. Podemos errar al caer en simplismos. Creo que el mejor consejo es: Mantén la Calma y sigue adelante (Keep Calm and Carry on). Algunos intentan echar sobre los hombros de cada cual la responsabilidad personal de su situación particular ignorando precisamente eso: la situación particular, tal como ha hecho recientemente los componentes de Fangoria. No es un error pero se cae en simplificar demasiado, habrá quien sí lo merece y habrá quien no. Personalmente prefiero que sea cada cual quien vea su propia solución para sus propios problemas ya que para cada problema puede haber varias soluciones (no hay que subestimar la capacidad de imaginación y creatividad de los demás) y solo me limito a proporcionar las herramientas para que puedan hacerlo: Conocimiento. Un asesor no tiene porqué limitarse a proponer soluciones sino también ayudar a encontrarlas.
La Economía es una ciencia, no una religión, hay verdades inamovibles por una razón y hay que seguir unas reglas igual que cuando hablamos de física, química, etc. Supuestas falacias que circulan por internet: El dinero se crea de la nada, los préstamos son malos, la solución de nuestros problemas sería imprimir más dinero, si ganase más dinero se acabarían mis problemas, si me quedo sin empleo la solución es hacerme autónomo, etc. Éstas son algunas de las mentiras más abundantes que circulan por ahí. La mayoría no son mentiras per se sino solo medias verdades y por ello son tan efectivas. Si desconocemos cómo funciona el mundo es más fácil equivocarnos. No me entiendas mal, el error es un buen profesor particular pero aprender solo por error puede llevarnos mucho tiempo y resultar demasiado caro.
Los préstamos
Es una herramienta casi desconocida para el lego en economía y cuyo única fuente de información ha sido la tradición popular y la televisión, es decir, para las familias (consumidores) el único uso de un préstamo siempre ha sido para el consumo confiando en su devolución futura (más intereses) en sus rentas del trabajo presentes (confiando que no van a cambiar en el futuro). Pero es una gran herramienta para el inversor.
Si hablamos de préstamos a corto plazo (de días a un año) esto se cumple con más frecuencia pues la relación laboral a un año vista es más probable que se mantenga estable con el presente actual, pero si hablamos de préstamos a largo plazo (más de un año y hasta 40 años o más) es conveniente contar con un buen margen de seguridad para que el préstamo no nos acarree sorpresas adicionales.
Vamos a contar la historia de dos particulares (hago ficción, no pienso en nadie ne concreto, no me malinterprete) los cuales piden cada uno un préstamo a un año vista (corto plazo). Ambos han oído que pedir prestado es crear dinero de la nada por parte del banco y como parte de su "poder" estos bancos buscan gente a quien dárselo para ganar dinero. Ambos deciden aprovecharse de ese "poder" porque le venden el préstamo en el banco y le dicen que el interés es X (no es importante ahora mismo porque lo que les interesa a nuestros amiguitos es la mensualidad que les va a quedar) y que ven como asumible según sus rentas actuales. La diferencia estriba en que el particular A decide obtener el préstamo para irse de vacaciones a una playa remota con todo pagado y el particular B decide obtener el préstamo para invertirlo en un vehículo nuevo. Ambos deciden usar el préstamo para consumo pero hay una finalidad muy distinta en cada uno. El particular A se irá de vacaciones pero asume que el año que viene sus ingresos anuales netos mermarán porque ha aumentado su coste de vida al incluir la mensualidad de devolución del préstamo más los intereses. El particular B se ha comprado un vehículo nuevo porque no tenía uno y necesita uno para acceder a un mejor empleo (más salario neto que el actual) o porque con un vehículo comercial mejor adaptado puede, incluso, hacerse autónomo para mejorar servicios que antes no cubría.
La diferencia es abismal. Si el uso del préstamo es para consumo ocioso (tan lícito como otro cualquiera) es necesario que los ingresos por trabajo o renta al menos no disminuyan pues al aumentar tus gastos fijos mensuales te acabas de implementar "un impuesto" a tí mismo todos los meses durante la vida de ese préstamo. Si en el estudio previo tus ingresos eran suficientes (sino no te habrían dado el préstamo, en principio) entonces tus ingresos, al menos, no deben cambiar. El tema de la incertidumbre de cobro por parte de los bancos lo llevan muy mal...
En cambio, si cuando has proyectado la solicitud de préstamo has estudiado con detenimiento la situación y has visto que puedes mejorarla adquiriendo un bien (capital) que te aumente los ingresos entonces puede compensar los intereses pagados. Si el incremento de ingresos supone al menos cubrir la mensualidad del préstamo entonces es una buena inversión (y no un gasto) y el préstamo se convierte en una buena herramienta pues crea oportunidades de incremento del ingreso neto.
¿Cuántos préstamos pueden pedir los particulares A y B?
La respuesta es fácil. El particular A estará limitado por sus ingresos y a que su situación no cambie a peor. El particular B se dará cuenta que su situación puede mejorar de forma exponencial y su capacidad de endeudarse y ahorrar cada vez se incrementará y mejorará. Por eso es tan difícil ser empresario o inversor porque tienes que planificar más y mejor que cualquier otro sobre la base de la incertidumbre del futuro y es aparentemente más fácil, aunque menos rentable, ser trabajador por cuenta ajena aunque también tiene sus propias incertidumbres aunque seamos menos conscientes de ello. La inversión es similar a una partida de ajedrez: planea tus movimientos y luego adáptate a las circunstancias, tal y como decía el filósofo Schopenhauer.
Se puede extrapolar esta historia al Estado.
Sí, cuando pedimos que Estado puede, para solucionar su falta de liquidez en inversiones, crear dinero de la nada, es decir, imprimir más billetes a través de su Banco Central (en nuestro caso del BCE) eso realmente no importa tanto sino en qué destina ese dinero. Si imprime más dinero tendrá que aumentar los impuestos sí o sí porque el préstamo lo tendrá que devolver más intereses pero si donde lo gasta no genera rentabilidad alguna (no genera subidas del PIB) ese préstamo solo hará que empobrecer a la sociedad a base de subidas mayores de impuestos. Si genera rentabilidad esa debe ser al menos la misma que la de los intereses de lo que pida, que ahora está en un 1,71% (muy mal debería hacerlo si no es capaz de aumentar el PIB en ese porcentaje) pues sino es así la presión fiscal aumentaría en mayor medida a la riqueza creada generando pobreza. Pues resulta que las estimaciones del Banco de España sobre el aumento del PIB del Estado español son de un 3,1% y somos los líderes de Europa, así que tan fácil no debe ser...
Por ello, pensemos un poco antes de actuar sea cual sea nuestra situación actual para planificarnos bien pues el problema no es tanto el pedir prestado sino en qué lo vamos a destinar. Ya sabemos algo más como funciona la economía para planificar nuestro futuro, solo necesitamos más que nunca mantener la calma y seguir adelante.
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