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sábado, 14 de noviembre de 2009

Especular o Invertir, ¿esa es la cuestión?

Realmente, a parte de las connotaciones subjetivas que nuestra cultura les imponga, la diferencia básica entre Especular e Invertir se encuentra simplemente si realmente definimos ambos conceptos.

Especular es poco más que apostar a par o impar, negro o rojo, call o put.

Invertir es la técnica por la cual se pretende asegurar el principal y, si es posible, recuperar una rentabilidad satisfactoria del mismo.

Intentar diferenciarlos de otra manera, fuera de estas dos definiciones, va a llevar a confusión y va dar igual que se use especular que invertir porque van a resultar sinónimos, tal y como aparecen en los enlaces superiores. Sólo nos van a quedar las connotaciones subjetivas.

Evidentemente quien consiga una rentabilidad positiva de su capital usando uno u otro, la especulación o la inversión, va a estar igual de bien y, no nos engañemos, no tiene nada de pérfido o malvado.

Ahora bien, esta crisis, siendo realistas, se ha creado por culpa de mucha gente que, sin los recursos y/o conocimientos necesarios, han querido ganar dinero especulando / invirtiendo con los inmuebles y, los bancos, que si hubieran hecho bien su trabajo no estaríamos donde estamos ni estarían donde están, han querido ganar dinero concediendo créditos a gente que no tenía la solvencia suficiente para responder de ellos. A unos y a otros, gracias. Pero, repito, no tiene nada de malo. Sólo que no se han conseguido los resultados deseados.

De hecho, me parece absurdo tener que recordar que la idea de que alguien se introduzca en el mundo de los negocios es sencillamente conseguir dinero. Nadie se apunta para perder dinero salvo por causas benéficas, digo yo.

Ahora si tener éxito se diferencia del puro fracaso en conseguir nuestro propósito en la mitad más una de las veces de los intentos propuestos.

Entonces, la verdadera pregunta sería: si utilizásemos dos carteras para inversión, una especulando y otra invirtiendo, ¿cuál de las dos opciones nos llevaría al éxito el mayor número de veces? Al que le funcione uno de los dos que continúe no será el último ni el primero.

Yo sé cual me funciona a mí. ¿y a tí?

jueves, 5 de noviembre de 2009

Iniciación en la inversión en bolsa.

Todos, sin excepción, nos hemos sentido inocentes y perdidos como un niño cuando comenzamos nuestra andadura en bolsa, ¿qué valor es el mejor? ¿de quién me fío? ¿cómo se invierte ahí? ¿cuesta mucho?

La gente se obstina en no reconocer que, a pesar de su edad y experiencia profesional, cuando van a invertir en bolsa, o en cualquier otro mercado como el inmobiliario, son como niños inocentes. Digo esto sin intentar ofender a nadie sino sólo como una sincera opinión sobre lo que puedo observar a mi alrededor. Yo también me he considerado, en un momento dado, un "niño" ante el complejo mundo de la bolsa.

Digo esto porque los niños no reaccionan al intelecto, simplemente porque no tienen desarrollada la capacidad de análisis que le da la experiencia y el conocimiento, sino sólo a través de impulsos. En la bolsa esos impulsos son avaricia y miedo.

Esto es más evidente cuando llevamos un niño a un centro comercial y como lo paseemos por la sección de juguetes ya tenemos la tarde echada. Su impulso: llevarse el juguete que le llama tanto la atención. Está tan cerca y al alcance de la mano que cuando lo tenga, en casa no le hará ni caso. Es un impulso, un deseo. No razonan ni comparan que juguete le dará más satisfacción ni cual es mejor en relación calidad-precio. Sólo quieren el que les parece el mejor, por tenerlo.

Pues en la vida eso es lo que pasa con los adultos que se acercan sin conocimiento alguno a la bolsa. Compran según el impulso de aquello que les parece la mejor opción pero no basan su decisión en un razonamiento claro de dónde les llevará sino casi por impulso se podría decir. Ya aprenderemos por la experiencia, dirán algunos. Resultado: Catástrofe. Resultado de la experiencia: No volver a comprar nada.

¿Qué se debe hacer entonces? Simplemente lo que hace una persona que alguna vez fue niño: Aprender. Poco a poco, y máxime en la era de la información. La pauta es que se debe formar uno mismo en el mercado que quiera entrar hasta que ese niño sea todo un experto en la bolsa y entonces, sólo entonces cuando madure en su conocimiento, la bolsa, o el mercado inmobiliario, será, a sus ojos, un juego de niños.

Gracias.