Ya han pasado 10 años del terrible asesinato de masas ocurrido en New York y Washington en el 2001.
Poco se puede añadir a lo escrito sobre lo ocurrido, que se ha escrito y mucho, y, ahora como entonces, sigue siendo tan horrorosamente increíble que hace dudar de la veracidad del hecho (aún dudaría sino hubiese estado recientemente por allí).
Ninguna excusa puede justificar un acto así ni religiosa, ni económica, ni social, ni NINGUNA.
Vuelvo a utilizar el espacio de libertad personal que me brinda este blog para rechazar, de nuevo y con renovadas energías, todo acto de violencia; animar a las miles de víctimas de la violencia (en España, en EEUU, en México, en Filipinas, en Tailandia, en Irak, en Afganistán, en todo el mundo) a seguir adelante para crear un mundo más justo y no violento y, sobre todo, para recordar.
Recordar, para no olvidar, para que no se vuelva a repetir.
Un saludo.
Poco se puede añadir a lo escrito sobre lo ocurrido, que se ha escrito y mucho, y, ahora como entonces, sigue siendo tan horrorosamente increíble que hace dudar de la veracidad del hecho (aún dudaría sino hubiese estado recientemente por allí).
Ninguna excusa puede justificar un acto así ni religiosa, ni económica, ni social, ni NINGUNA.
Vuelvo a utilizar el espacio de libertad personal que me brinda este blog para rechazar, de nuevo y con renovadas energías, todo acto de violencia; animar a las miles de víctimas de la violencia (en España, en EEUU, en México, en Filipinas, en Tailandia, en Irak, en Afganistán, en todo el mundo) a seguir adelante para crear un mundo más justo y no violento y, sobre todo, para recordar.
Recordar, para no olvidar, para que no se vuelva a repetir.
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