Si de reformas hablamos podemos hablar de la reforma de la Constitución Española que, a día de hoy, es la comidilla de todas las conversaciones económicas.
Y a mí, ¿en qué me toca eso?
Pues es muy sencillo ya que realizada la reforma queda claro, tal y como se explica en un blog amigo, que en caso de iliquidez se da prioridad absoluta al pago de la deuda (incluso, de las pensiones, sueldos de los funcionarios, sanidad, etc.). Eso es lo que la reforma, a parte de la publicidad que se nos da, realmente supone.
Pero, ¿realmente es éste el mensaje que se está leyendo?
Para mí, quizá se me acuse de conspiranoide, lo importante de la reforma no es tanto la literalidad de la misma sino la lectura entre líneas. Lo que leo "entre líneas"de la reforma constitucional es que, en el momento que tenga que ser exigible el pago con prioridad absoluta (es decir, antes de que el pueblo se subleve y pase al político de turno por la guillotina),igual que se ha cambiado la Constitución en un sentido se puede cambiar en otro.
Con la misma alevosía y la misma nocturnidad.
La idea de tranquilizar a los mercados a mí me suena más a "posturita formal" en plan república bananera capitalista, pero más castizo. Donde dije digo, puedo decir Diego.
Si los bonistas han leído también entre líneas el riesgo país va a aumentar (ya lo ha avisado Rubalcalva, y quien avisa no es traidor).Lo que tendría que tranquilizar a los mercados puede que se convierta en el acicate que les falte para acelerar la sangría.
Ahora el problema no es solo la deuda, es el crecimiento y sin consumo... nunca lo va haber.
Por supuesto, sin rebaja de impuestos y favorecer un par de años el ahorro familiar (que dé confianza interna para favorecer el consumo interno) es tarea harto difícil pero, claro, también podemos acudir a reformar la Constitución: "es derecho y deber de todo español y extranjero consumir antes que respirar"; solo por dar ideas claro.
Un saludo.
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