El mundo de los negocios, y el de la inversión en general, es un mundo complejo en el que realmente se necesita tener conocimientos para no naufragar en ellos porque en él arriesgamos mucho como nuestro capital (que nos ha costado mucho esfuerzo ahorrar), o el capital de otros que comparte el riesgo con nosotros. En definitiva, lo que más arriesgamos es nuestro tiempo, nuestra vida (traducida a dinero).
Ese conocimiento se puede conseguir a través de libros, vídeos, mecenazgo y, sobre todo, por la experiencia. Poco a poco he ido aprendiendo (y aún sigo) sobre temas de inversión como pasatiempo y diversión, porque es algo que realmente me apasiona, ya que mi profesión no tiene nada que ver con esos temas aunque aplico lo aprendido a mi economía personal.
Una de las alegorías que aprendí sobre el mundo de la inversión fue un cuento en el que las protagonistas eran unas vacas. En su momento me hizo pensar ya que de lo sencillo que era explicó de un plumazo el mundo de la inversión y me gustaría aprovechar para compartirlo.
El mundo de los negocios es como ser vaquero pero dentro de esta profesión se puede elegir entre comprar vacas para producir leche o comprar vacas para engordarlas rápido y venderlas para filetes.
Uno debe eligir qué tipo de "vaquero" se es antes de realizar una inversión para planificar los costes y los resultados previstos en un tiempo dado. Para comprenderlo mejor me voy a permitir la licencia de ser un tanto simplista.
Productores de leche
Imaginando que compramos vacas para producir leche podemos deducir los costes que incluirán la compra de la vaca y su manutención y los beneficios serán los producidos por la venta de la leche.
Está claro, la venta de leche nos reportará un margen de beneficio más limitado que lo que sería la venta de la vaca para la carne pero si acertamos con unas buenas vacas lecheras que nos den buena producción podremos, poco a poco, ir aumentando la producción de leche al comprar más vacas.
Productores de carne
Imaginando la otra cara de la moneda tendremos que los costes son parecidos a los anteriores y los beneficios provendrán de la venta de las vacas para un fin alimenticio distinto.
Aunque el margen de beneficio, si la venta es de buena calidad, será mucho mayor que el productor de leche el problema que sobreviene es que hay que estar siempre buscando vacas de calidad que engordar (y rápido, porque el factor tiempo influye también la tasa de rentabilidad) para venderlas cuando estén listas.
Evidentemente sabemos qué posición buscan las "vacas indignadas" de la imagen de inicio que acompaña a este post, pero en absoluto me gustaría que la misma os dejara influir en posiciones dualistas leche/carne, bueno/malo, etc. sino simplemente mi fin era mostrar, con una alegoría sencilla que me cautivó en su momento, qué tipo de inversores queremos ser.
Antes de terminar, me gustaría desearos a tod@s unas felices fiestas y un próspero año nuevo (también para los que no nos ha tocado la lotería, sic) y aprovechad para estar con vuestros seres más queridos presentes o en recuerdo.
Un saludo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario