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miércoles, 19 de abril de 2017

Cuánto estás dispuesto a perder

Una de las cosas que siempre me llamó la atención de los libros que, supuestamente, enseñan a invertir en Bolsa fue que, en la mayoría, te hacían esa pregunta:

¿Cuánto estás dispuesto a perder?

Esa pregunta implica dos cosas según esos mismos libros. La primera, es que hay que asumir que se pierde cuando se invierte en Bolsa. En esto siempre he visto una contradicción pues, y es algo que siempre me ha chirriado cuando lo leía, introducir en una misma frase invertir y perder dinero nunca me ha gustado pues, si voy a perder dinero, ¿qué definición de invertir están usando? Para perder dinero prefiero simplemente ahorrarlo bajo el colchón. Lo siento, lo otro es una estupidez. Es un tema de probabilidades, dicen; que hay más oportunidades de ganar que de perder, comentan; que hasta Warren Buffett pierde en sus inversiones, argumentan. Nada de lo que se proponga en un método de ese tipo lo ha hecho Warren Buffett, eso para empezar, y más que invertir, cuando hablamos de estadística y probabilidad de un sistema, estamos hablando de algo muy conocido pero muy distinto: apuestas. Están pidiendo un auto de fe en el método o sistema pues, a la larga se supone, funciona.

Y la segunda, es que eso da veracidad al método que proponen porque es un método "realista". En este sentido te ofrecen un sistema de inversión que está probado y demostrado que no funciona siempre. La verdad es que se podrían ahorrar la última palabra, siempre, pues hasta un reloj roto da la bien la hora dos veces al día. Hay muchos libros de este tipo con sistemas similares, otros distintos, y todos ganan, a veces. En realidad es una técnica de márketing con la cual se acercan a la experiencia del lector, empatizan con él y le dan esperanza de ganar. Solo voy a proponer una par de preguntas: ¿sabéis cuánta probabilidades hay de que te toque la lotería? No, no es un 15% de probabilidad, como decían en la web de lotería de navidad, por cierto, ¿esto no se puede denunciar por publicidad engañosa por parte de una empresa pública?, sino del 0,001% y aún así, la gente, en masa, se lanza en navidad a jugar porque, ¿y si toca? Hay un libro muy bueno, algo antiguo, llamado Azar: habilidad y suerte, por John Cohen, de 1964, en el que se estudia la percepción de la suerte y de la habilidad, es decir, cuando hablamos de probabilidades creemos que nos puede tocar, por difícil que sea, y cuando hablamos de habilidad somos más conscientes de que podemos fallar por fácil que pueda ser, aparentemente, la ejecución.

Para aprender a nadar hay que mojarse.

Quien haya estudiado en una escuela de negocios podrá afirmarlo, tan rotundamente como lo hago yo, que lo último que te enseñan en una escuela de negocios es a hacer negocios. Es así. Enseñan muchas cosas útiles, otras no tanto pues parecen que son para rellenar y justificar horas lectivas, en las cuales se teoriza y se enseña cuales son los factores y modelos para crear un negocio. Cuando luego sales a trabajar en un despacho o, en el mejor de los casos, quieres montar un negocio propio te das cuenta de lo que realmente vale, contabilidad y legislación, y de lo que no, el resto. La inversión, así como los negocios, son una habilidad. Se gana con la experiencia. Lo que realmente deberían enseñar para invertir es por qué en la mayoría de los casos un fondo de cobertura, Hedge Fund en inglés, gana dinero y, normalmente, un pequeño inversor no lo hace. Esa es la verdadera la pregunta.

No os engañéis, no estoy en contra de los libros de métodos de inversión ni estoy diciendo que no los compréis. ¡Ojo! Estoy diciendo que las pruebas se hacen con gaseosa, o en este caso en papel, y antes de meterse en la Bolsa hay que estar dispuesto a perderlo todo, ¡todo! Si no es así, si no estás dispuesto a que los ahorros de toda una vida se escurran, literalmente, entre tus dedos no te metas en la Bolsa como un pequeño ahorrador pues tienes casi todas los números para perder. Ahorra, vete de viaje, disfruta con tu familia, cómprate el coche que siempre quisiste, pero no te metas en la Bolsa. Nadie es más responsable de sus actos que el que los ejecuta. Por cierto, no vendo ni recomiendo ningún tipo de método creado por mí mismo. Tampoco gano todas las veces.

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