Páginas

jueves, 20 de octubre de 2011

Efecto Botín

Todo iba bien.

La macro-regulación del sistema financiero estaba en marcha con una re-calificación de la deuda soberana de ciertos países "contaminados" que son los que, en teoría, lastran la recuperación.

En el lado de los países afectados estaban Grecia, Irlanda, Portugal, Italia y España (Francia quedó afuera por muy poco o porque Sarkozy era uno de los cocineros del asunto, nunca se sabrá). Ninguno de ellos dijo nada, ninguna protesta. Se le iba a aplicar una quita contable (es decir, por si acaso ocurre, que ocurrirá) del 60% a Grecia, del 40% a Irlanda y Portugal y del 20% a Italia y España.

¿Qué iba a suponer esto?

Pues una mayor exigencia a los bancos que tienen deuda pública pues lo que, en teoría contable siempre a sido un activo sin riesgo, ahora no lo iba a ser (tendría el riesgo igual a la quita respectiva). Lo que supone que tendrían en parte de los balances, justo antes de final de año, una carga adicional con la que nadie contaba (ningún banco, claro).

Y esto afecta de forma indiscriminada a todos los bancos, hayan hecho las cosas bien o no, máxime cuando pactaron con el Presidente del Gobierno Zapatero una compra sistemática de deuda estatal. Esto, Emilio Botín, no lo vio nada claro ya que no es de recibo pactar compra sistemática de deuda y, de repente, te digan, a mitad de partido, que las reglas han cambiado.

Como eso no está claro ahora Bruselas rectifica y decide que la quita será solo de Grecia. En fin, para que luego digan que Goldman Sachs no gobierna el mundo y Alessio Rastani era un loco que le gusta salir por la televisión. Yo lo llamaré efecto Botín.

Y es que el verdadero problema (porque hay un problema y muy grande) es el de quién va a pagar los platos rotos (=deuda). La burbuja ha estallado pero no se ha solucionado porque la deuda se la han ido pasando de unos a otros pero nadie puede pagarla. Pasó de los particulares y empresas a los bancos (no voy a entrar en quien empezó qué), de los bancos ha pasado a los países y los países ahora no saben qué hacer (mientras caen unos y se mantienen en la cuerda floja otros).

En fin, ya veremos en qué acaba este culebrón aunque ya hay alguno que me ha dicho que la crisis se acabará en 6 años (2017). No me preguntéis por qué. Cada uno que busque solucionar su situación lo mejor que pueda, ciñéndose cada uno a su propio plan de inversión y ahorro.

Un saludo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario