Pienso que todo esto tiene mucho más de fantasía que de realidad. Fantasía que sí que ha sido abstraída de la realidad. Es como las leyendas. Siempre deben tener algo de verdad para que su creencia en ellas sea mayor.
¿Qué realidad puede inspirar esta fantasía?
La primera es el sentimiento generalizado, más bien globalizado, de que no somos libres en nuestras elecciones. Esto es algo real publicado en el libro Buyology, de Martin Lindstrom, demuestra que todas nuestras acciones, por lo menos en el campo de nuestras compras, están condicionadas por las sensaciones más básicas transmitidas desde la infancia. No somos libres porque elegimos siempre condicionados, aún a nuestro pesar.
La segunda porque también tenemos el sentimiento, más bien sería presentimiento, de que nuestros gobernantes son simples marionetas a sueldo de todos nosotros pero a servicio de otros. No nos falta razón porque cuando ha habido "vacas gordas" los gobernantes alentaban el endeudamiento de las familias (favoreciendo en negocio de las grandes empresas) y, ahora que estamos en "vacas flacas", nos piden que seamos nosotros los que nos apretemos el cinturón. Esto no es fantasía sino podemos ver cómo ahora son los grandes empresarios los que exigen o "guían amablemente" hacia ciertas reformas estructurales. Ejemplo de esto lo tenemos en el artículo del El Economista. Realmente, ¿Para quién trabajan los gobernantes?
Quizás sea más romántico pensar en un Club elitista que a espaldas del mundo mueve los hilos necesarios a su antojo, pero la realidad, a veces, supera a la ficción.
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