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viernes, 5 de diciembre de 2014

Endeudamiento, ni oferta ni de demanda

Según algunos economistas, como el Dr Rallo, la crisis que hemos sufrido no es una crisis de demanda sino de oferta ya que el 10% de lo que consumíamos se producía fuera.

No estoy de acuerdo para nada con este análisis sobre la crisis.

La crisis ha sido un problema de demanda pero no porque la gente "no quiera gastar", que sí que quiere, sino porque no puede ya que tiene que hacer frente a amortizaciones de fuertes endeudamientos.

Para mí ha sido una crisis de fuerte endeudamiento privado que ha hecho temblar al sector público, tanto que algunos países han caído incluido el nuestro. Que el 90% de lo consumido en España se produzca en España no es un mal dato pues prácticamente todo el gasto satisfecho se quedaba aquí (sobre todo porque el mayor gasto era la vivienda y se hacía aquí).

Claro que la solución no es "aumentar la demanda agregada", per se, como proponían los Keynesianos sino que hay que esperar que las empresas se reestructuren, equilibren sus presupuestos y, una vez saneadas, vuelvan a la senda del crecimiento. Así las familias, que en su mayoría son asalariadas, hasta que las empresas no vuelvan a abrir sus persianas y a contratar (tb han tenido sequía de crédito) no vuelven a tener ingresos y, por lo tanto, no empezarán a amortizar sus deudas, ahorrar y consumir.

Las soluciones propuestas el Dr Rallo de facilitar la vida (en burocracia e impuestos) a las empresas hubiese ayudado y mucho a la contratación así como haber bajado la carga impositiva a los ciudadanos ya que al tener menos ingresos, intentar cumplir con el mismo endeudamiento y subir los impuestos no ha facilitado en nada la salida del túnel. Pero esa son las consecuencias de haber rescatado a la banca pública, pues como es pública, la rescatamos entre todos aunque los beneficiados sean los malos gestores y amiguetes.

Pero creo que es un error pensar que basta con producir para crear una demanda siempre ya que toda producción creará su propia demanda. La ley de Say es cierta pero se interpreta mal pues la existencia de viviendas o aeropuertos vacíos no quiere decir que nadie los quiera usar, no es eso ya que hay demanda para esos bienes, sino que el precio o se ha vuelto desórbitado o los beneficios de su producción o uso no satisfacen los costes de producirlos.

Por lo tanto, en la sociedad (tanto en empresas como en familias) ha pasado dos cosas. En primer lugar, un endeudamiento muy fuerte superior al 30% o 40% recomendable (pues tener 0% tampoco es viable ya que no siempre se puede avanzar con ahorro aunque sería muy recomendable) y además se incrementaron los costes de la deuda (subida de tipos de interés del BCE que fue el que pinchó la burbuja. En segundo lugar, una bajada de los ingresos debido a las reestructuraciones y bajada de ingresos de los consumidores.

Esto lo podemos ver simplemente con las empresas del Ibex y habiendo conocido un poco la realidad social (lo que se suele conocer como "la calle"). Pues creer en la simplicidad de que basta con producir algo para que haya oferta para comprarlo (ley de Say) es caer en la trampa keynesiana de cavar agujeros y taparlos. Producir algo genera demanda para consumirlo pero dependerá del precio, y éste de los costes, para que la demanda sea efectiva.


Un saludo.