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miércoles, 30 de junio de 2010

Mejor, superior y diferente

Ser crítico de libros no es mi fuerte pero éste me ha impactado lo suficiente como para comentarlo aquí.

El libro está dirigido a quien, quizás, no lo va a comprar. El público objetivo del mismo son aspirantes a realizar un MBA. Pienso que ese público está demasiado preocupado con terminar sus carreras y buscar financiación para la realización de un máster, que no es poco, como para comprar este libro.

Si es esta la situación de algún lector del blog se lo recomiendo encarecidamente para el verano (no lo toméis como deberes) pues seguir sus consejos va a mejorar sustancialmente sus perspectivas de futuro.

Lo curioso, y he aquí el quid de la cuestión, es que sus principios son también válidos para los que se están preparando a Emprender (en mayúsculas), aunque la mayoría del libro está específicamente dirigido a futuros estudiantes del MBA.

Ya sólo el título es una declaración de intenciones para el fin al que todos aquellos directivos o futuros emprendedores deben aspirar: a ser Mejor, Superior y Diferente.

El medio para ello no es sólo gracias a la formación, sino también a la información y a la actitud adecuada hacia la excelencia. Si queremos tener un negocio rentable a largo plazo, obtener un trabajo en tiempos de crisis o simplemente prosperar en el mundo de los negocios nuestro objetivo es la diferenciación de todos los demás que desean hacer lo mismo. Es necesario, por tanto, ser mejor, superior y diferente de todos los demás.

La formación se convierte en fundamental (es nuestra base) si queremos diferenciarnos de los demás, debemos demostrar que somos los mejores en nuestro campo. Así en este sentido se ha hecho público en algún blog, como por ejemplo en el de Futuro Millonario.

Aunque sorprenda que haya habido (o sigan habiendo) grandes fortunas sin aparente formación eso es sólo un espejismo: eran los mejores en su campo y supieron hacerlo superior y diferente a lo que había en el mercado (por ejemplo, Amancio Ortega con Inditex).

Pero a pesar de las dificultades de cada uno siguiendo los consejos de Javier Sánchez Álvarez en su libro podremos seguir devanándonos los sesos en cómo ser mejores, superiores y diferentes.

Por todo ello recomiendo su lectura.

lunes, 28 de junio de 2010

¿Qué se puede hacer en tiempos de crisis?

Ahora por fin todos los países del mundo occidental han descubierto el primer paso para salir de una crisis: Dejar de cavar, sobre todo para evitar hacer el agujero más gordo. A esto en economía se llama reducir el déficit.

Parece sencillo, ¿no?

Entonces, ¿qué se había estado haciendo hasta ahora?¿qué se ha hecho para que todos los gobernantes (prácticamente) se dediquen a reducir sus ratios de déficit? Pues hasta ahora lo que se hacía era pedir prestado más dinero para seguir gastando (podría decir invirtiendo pero creo que es más acertado el término gastar).

Como ahora pedir prestado resulta más caro (mayores intereses para devolverlo) los países, todos los gobernantes de los países "capitalistas", deben urgentemente reducir sus gastos para que lo ingresado se aproveche más.

Pero el problema es más grave de lo que parece porque a la vez y como consecuencia de la crisis es que también se han disminuido los ingresos porque ha disminuido (de forma drástica en algunos países como España) el trabajo (también es lastre de la recuperación).

El trabajo genera consumo interno aumentando los ingresos públicos por IVA y los demás impuestos de transmisión patrimonial y, a la vez al haber desempleo, se desembolsa mucho dinero en prestaciones por desempleo (antes cuando había trabajo se incrementaban las reservas) que merma gravemente el erario público (junto con los excesos de gastos de las entidades públicas aprobados por nuestros queridos políticos).

¿Qué se puede hacer en tiempos de crisis?

Se deben equilibrar los gastos a los ingresos, máxime si los segundos disminuyen drásticamente.

Hay que evitar crecer a base de préstamos porque si bien es verdad que el apalancamiento es muy bueno para crecer económicamente hay que estar preparados para responder ante el que podríamos llamar el peor caso posible (worst case scenario). Es decir, saber que en caso de que disminuyan los ingresos hasta qué punto se pueden mantener esos préstamos y los demás gastos.

Si nuestro problema son la falta de ingresos porque se nos ha terminado el trabajo o s
el negocio no rinde lo esperado la solución no puede estar más clara: hay que aumentar los ingresos.

Es hora de empezar a aumentar nuestros ingresos sin que sufra más nuestra capacidad de gasto (si es que aún nos queda).

miércoles, 23 de junio de 2010

Ahorrador vs Inversor


"No existe una definición concreta de la diferencia, de hecho podemos considerar lo siguiente para el propósito de explicarla:

Ahorro.- Cantidad de dinero, usualmente llamada capital, guardado para un uso posterior. Como se busca conservar un capital se desea que la forma en que se guarda (colchón, alcancía, banco, ...) no tenga riesgo.

Inversión.- Cantidad de dinero que en lugar de sólo guardarla se busca incrementarla, es decir que valga más que el capital original. Para poder lograr este incremento el dinero se deposita con mayor riesgo que cuando solamente se ahorra."

Bien pues, nosotros qué somos, ¿ahorradores o inversores?

La mayoría de nosotros diremos sin dudarlo que somos inversores porque lo que buscamos es que nuestro capital, aunque pequeño, se incremente utilizando diferentes instrumentos al efecto. Aunque técnicamente esto puede ser verdad, no nos engañemos, somos ahorradores.

Si nos ceñimos a las definiciones dadas anteriormente sí que, dependiendo de cómo utilicemos nuestros ahorros, podemos calificarnos como pequeños ahorradores o inversores. Pero yo quiero ir más allá. No sólo a dónde destinamos nuestros ahorros sino cómo los conseguimos. Entonces se simplifica la definición y sí que se puede observar una diferencia bien concreta.

Ahorrador.- Aquel que la totalidad de sus ingresos los obtiene de un trabajo remunerado.

Inversor.- Aquel que la totalidad de sus ingresos los obtiene de sus inversiones.

Con estas "nuevas" definiciones me acerco más a la realidad y a las teorías vertidas por R. Kiyosaki en sus libros (por eso lo de nuevas, nada de nada). Ya que tanto el ahorrador como el inversor van a tener ahorros e inversiones es más normal identificar a cada uno por los ingresos que por el destino de los gastos.

Es un concepto que está más ligado a lo que en algunos sitios podrían llamar profesionalidad. Similar a como un deportista se transforma de aficionado al deporte a ser un deportista profesional. Transforma su afición en su profesión siendo capaz de vivir sólo practicando su deporte.

No nos conformemos con ser meros ahorradores e investiguemos cómo obtener más ingresos, desde cualquier cuadrante, para la adquisición de activos suficiente para poder convertirnos de ahorradores a inversores de élite. Tenemos mucho valor añadido que ofrecer.

El proceso puede ser largo o corto, todo depende de nosotros.

sábado, 19 de junio de 2010

Cuándo hay que estar en los mercados.


Aquí os traigo un análisis muy interesante de la realidad bursátil actual del Prof. Manuel Romera de la IE Business School para tiempos de incertidumbre que transcribo a continuación.

Debido al desarrollo de la crisis actual y del comportamiento de la bolsa lo recomendable es enfocar las inversiones a Largo Plazo pues de lo contrario podemos caer en la tentación de convertirnos en futurólogos (o jugadores de casino, esta definición es mía y creo que se corresponde mejor con la realidad).

Basándonos en su rentabilidad histórica podemos dividir las inversiones en tres tipos distintos: en la inflación, en la renta fija y en la acciones de empresas cotizadas (renta variable). Las inversiones basadas en productos para absorber la inflación nos dan un 4% de rentabilidad media anual, en renta fija un 5% de rentabilidad media anual y renta variable un 10% de rentabilidad media anual. Como se trata de rentabilidad media anual se calcula a suficiente Largo Plazo. Por otro lado, hay que estar siempre en los mercados porque, según un estudio, si cogemos 10 años y no estamos en los 30 días que más subió la bolsa la rentabilidad media anual del 10% se reduce a rentabilidades medias anuales de entre el 0% y 2%.

Como no sabemos qué ocurrirá en el corto plazo, sobre todo qué días va a subir o bajar, hay que elegir las acciones para el largo plazo y estar en el mercado continuamente para aprovechar las subidas aunque recojamos pérdidas de vez en cuando porque, a largo plazo, la rentabilidad compensa. Por ello, se recomienda invertir pensando en la jubilación.

Con la crisis los ahorradores que se han atrevido entrar en la bolsa han salido escaldados pero eso es un error pues la historia reciente de anteriores crisis ha demostrado que grandes bajadas en la bolsa han sido rápidamente compensadas a los pocos años. Aún así no podemos extrapolarlo a que siempre vaya ocurrir pues en el Crash de 1929 tardó 25 años en recuperarse. Hay excepciones y no sabemos con seguridad qué ocurrirá en esta ocasión.

De todos modos no podemos solo dejarnos llevar por los históricos sino por el sentido común ya que la inversión en Fondos Propios debe ser más rentable que en Deuda Fija porque sino nadie invertiría en la creación de negocios y todo depende del momento adecuado.

Por otro lado, en momentos de futura inflación hay que proteger el capital invirtiendo en productos que nos protejan de la misma y, por ello, fijarse en la situación en el corto plazo no es buen consejo sabiendo la cantidad de planes de estímulo que se están incentivando desde las administraciones públicas. En definitiva, una bolsa en niveles de hace 10 años no es otra señal que estamos en una bolsa barata.

 

viernes, 18 de junio de 2010

Diferencia entre Querer tener éxito y Tener éxito.

Recientemente he visto el partido de España en el Mundial 2010 contra la selección de Suiza. Lo sorprendente no es el resultado del encuentro (0-1 a favor de los suizos) sino las reacciones que han surgido después y que me han hecho reflexionar.

La mentalidad es muy importante en todas las facetas de la vida como en el trabajo, en nuestras relaciones y, como no, en los negocios.

Luis Aragonés, ex-seleccionador de España (ganó con la selección la Eurocopa 2008), realizó unas curiosas declaraciones: "No salimos con el convencimiento adecuado, pensábamos que vencer a Suiza iba a ser fácil y una victoria fácil en fútbol no existe, hay que salir al 110%".

Un poco más y lo califican de hereje y anti-patriota por criticar a la futura campeona del mundo (aún no se sabe de qué año).

Es cierto, no podemos salir a la vida pensando que vamos a conseguirlo todo de la manera más fácil, sin esfuerzo, porque, si no estamos preparados, no lo vamos a conseguir con la consiguiente frustración resultante. No voy a ser yo el que diga que el que algo quiere algo le cuesta, no. Es un poco más sutil.

La diferencia

"Qué bonito sería conseguir tal o cual cosa" (cada uno que ponga su ejemplo tipo libertad financiera, riqueza, amor) y no hacer nada para conseguirlo (como la selección de España ante el combinado suizo). Y no porque no lo intentaran sino porque cómo pensaban que era una victoria fácil en cuanto les plantaron cara les faltaron las ideas. No se puede vender la piel del oso antes de cazarlo, no se puede ir de favorito a ganar un mundial sin haber hecho méritos para ello.

En cambio si uno sale a por todas, con la predisposición a que en cualquier momento puede ocurrir un imprevisto o una dificultad, tener éxito se antoja de una facilidad extrema. ¿Qué hay detrás? Mucha preparación y un convencimiento a prueba de bombas que ante las dificultades se crece. Cada fracaso no es una decepción sino otra forma de no hacer las cosas. Como decía Thomas Alva Edison: "Una experiencia nunca es un fracaso, pues siempre viene a demostrar algo".

Si uno está realmente preparado y sale realmente con las ganas de conseguir algo, lo conseguirá. Los que simplemente lo desean se quedarán con el deseo ya que en la primera dificultad no sabrán qué hacer. Sólo el estar suficientemente preparado para lograr el éxito hace que lograrlo sea realmente fácil.

Espero que todos hayamos captado el mensaje y espero que la selección de España, si desea ganar un mundial alguna vez, lo tenga en cuenta.

miércoles, 16 de junio de 2010

El mejor momento para invertir en Bolsa


A la hora de invertir en Bolsa todos queremos conseguir beneficios y, aunque pensamos que es relativamente fácil, pocos son los que los obtienen.

Como en todo negocio que se precie el beneficio en la Bolsa va a depender del retorno de la inversión tras un período de tiempo invertido, es decir, de la rentabilidad obtenida sobre nuestro capital desembolsado. Como en todo, es cuestión de tiempo y dinero.

El dinero depende, básicamente, de nuestros ingresos pero siendo más específico va a depender de nuestro ahorro, debido a que muy poca gente podría invertir el 100% de sus ingresos. Hoy voy a centrarme más en el concepto de tiempo.

Tiempo

Es un aspecto fundamental de la inversión en Bolsa porque invertir en bolsa es sinónimo de invertir con paciencia.  Hay un mantra o leyenda el cual dice que en la bolsa el 95% de los inversores pierde dinero y, por lo tanto, sólo el 5% obtiene beneficios en ella. Me atrevería a afirmar que, de hecho, ese porcentaje es de aquellos que pierden la paciencia. A parte de que no hay ningún estudio que lo demuestre habría que ver el muestreo de los inversores y durante cuanto tiempo se hizo.

En el bolsa o en cualquier apuesta en el corto plazo todos nos convertimos en futurólogos o jugadores de casino y, como tales, nos comportamos. ¿Cuántos de nosotros somos capaces de fallar una predicción o apuesta sobre cualquier? Seguramente el 95% de nosotros. En el largo plazo es donde se reconoce el verdadero valor de las empresas ya que, salvo quiebra total, esa empresa tarde o temprano dará beneficios y la gente querrá invertir en ella. Si no da beneficios no tiene sentido que siga funcionando. Pero Largo Plazo es un tiempo indeterminado. Algunos lo valoran en 1 año, 3 años, 5 años o, incluso, 10 años; otros sencillamente no ponen tope.

Si nos damos cuenta el componente más importante y donde muchos autores fijan su atención en las inversiones, por lo visto hasta ahora, es el plazo pero, para mí, el tiempo de una inversión es un concepto compuesto por otros dos igual de importantes: el momento y el plazo

Plazo
Es el lapso de tiempo transcurrido entre los momentos de entrada y de salida. Las denominaciones de corto, medio o largo es sólo orientativo. De hecho, casi ningún autor se pone de acuerdo. Lo que es corto plazo para mí puede ser medio o largo para tí. Como he dicho arriba, el plazo es un tiempo indeterminado.

Como el plazo en obtener la rentabilidad esperada es muy importante tenemos que tenerlo muy presente. No es lo mismo obtener un 25% de beneficio en 1 mes, que en 25 años. Con lo cual cada año de más en obtener esa rentabilidad, más se diluye ese porcentaje. Esto se debe al efecto del interés compuesto sobre el capital, distinto del interés simple.

Evidentemente cuanto menos tiempo tardemos en obtener esa revalorización mejor va a ser. Por lo tanto, el momento de entrada óptimo será aquel que nos permita acortar el plazo en la consecución de la rentabilidad deseada y alcanzar cuanto antes el momento de salida óptimo.

Momento
Como no es lo mismo obtener un 25% de beneficio en 1 mes que en 25 años y sabemos que la economía es cíclica entra en escena el otro componente del Tiempo que resulta esencial en la ecuación: el Momento.

Para realizar un beneficio debemos comprar barato y vender más caro, con lo cual por lógica, debemos invertir cuando la bolsa ha bajado y vender cuando ha subido (lógico, ¿no?). El 95% de los inversores compran cuando las noticias dicen que la bolsa ha subido y cuando ven que sus acciones están bajando, como no quieren perder dinero, venden el total obviando que la rentabilidad media anual de la renta variable (bolsa) es de un 10% durante los últimos... 23 años!!! (actualizado en 2016) pero teniendo en cuenta que hay subidas durante ese tiempo del 100% y bajadas de hasta el 90%.

El problema reside en que no sabemos cuando va a bajar, si ha bajado si seguirá bajando y si ya ha bajado todo lo que tenía que bajar cuando subirá. En el estudio anterior estar fuera de la bolsa los 30 días que más subió reduce el beneficio medio anual a entre un 0% y un 2%.

Entonces, ¿cuándo es el momento óptimo de entrada? Cuando hay una crisis, pues hay una bajada importante del valor y porque está comprobado que el momento de entrada es crucial. Aún así, hay que ser cautos ya que podemos comprobar que, a pesar de creer que es el momento más bajo, nuestra apuesta (quizá una palabra que implica demasiado bien el concepto de riesgo en la inversión a nuestro pesar) siga cosechando pérdidas ya que resulte que su precio no se haya devaluado lo suficiente. Pero ello uno debe estar siempre vigilante.

El momento de salida llega cuando, después de estar (es decir, invertir durante un determinado plazo) en un valor determinado, se obtiene una revalorización suficiente para nuestras perspectivas de beneficio. Es decir, que el momento de salida óptimo se puede producir en un sólo día o tras 25 años (es lo que se tardó para recuperar el valor del Dow Jones tras el Crack del 29).

Mientras, a esperar nuestro plazo.

Conclusión
Como ejemplo podemos observar (como simple ejemplo de lo aquí expuesto) lo que ocurrió en el famoso Crack del 29. Si nuestro momento de entrada hubiese sido en 1929 (justo antes de la caída) al fin de un plazo de 25 años habría sido el mínimo para recuperar la inversión y más para obtener los beneficios. No se puede decir que hubiese sido, precisamente, un momento óptimo de entrada aunque siempre podríamos haber disfrutado de los dividendos (si no quebró la empresa, claro).

Si nuestro momento de entrada hubiese sido en enero de 1933 nuestro momento de salida hubiese llegado al cabo de 4 años más tarde en enero de 1937. En ese momento el Dow Jones estuvo sobre los 50 puntos y terminó cerca de los 200 (aproximadamente un 41% de rentabilidad anual, un 300% de rentabilidad simple). Y estamos en plena depresión de los 30.

Todo, como siempre se ha dicho, depende de nosotros (no tenemos que culpar de nuestros errores a los futurólogos - analistas) y la decisión de entrar en un valor o en otro va a depender de:

- la devaluación suficiente del precio (suficiente para nosotros),
- las perspectivas de revalorización por la solidez del mismo,
- la paciencia que tengamos (el plazo es importante).

Si además, como pasa ahora mismo, tenemos valores que nos pueden ofrecer una rentabilidad de hasta un 8% por los dividendo (casi lo que nos cobraría cualquier entidad por un préstamo personal) nunca ha sido tan claro que hoy (en este momento) sería un buen momento para invertir en bolsa.

domingo, 13 de junio de 2010

Ram Bhavnani y la crisis del crédito.

De todos los inversores que admiro Ramchad Bhavnani es, para mí, el más seguido por cercanía, pero al que le ha golpeado con más fuerza la crisis financiera actual.

Para mí es un inversor con muy buen olfato pero hay crisis que no están hechas para todos. Máxime cuando se trata de la actual donde lo que se desmorona es la estructura mundial de deuda, esto es, de préstamos y ese es su círculo de competencia.

Siendo como es un inversor que ha basado su estrategia en jugar con lo prestado indudablemente una crisis del crédito le iba a afectar y mucho.

Le ha pasado en sus inversiones en el Popular. En el 2008, después de su gran triunfo con la jugada de Bankinter (una jugada maestra, todo hay que decirlo, de cómo calentó el precio, con su lucha con Jaime Botín, llamando tanto la atención que un banco francés decidió comprarle su participación obteniendo jugosos beneficios) todo parecía que iba a ser igual con el Banco Popular.

Pero vino la crisis financiera y tocó muy mucho a los bancos y, por consiguiente, a él. ¿Por qué? Al jugar con dinero prestado garantizado con lo que compras (=acciones), aunque sea para la compra de acciones del mismo banco, cuando las acciones van cayendo esos activos dejan de responder (=garantizar) por el préstamo dado. Entonces el banco te pide o que recortes posiciones o aumentes el capital (reduciendo así la deuda y adecuándola al valor de los activos).

Eso mismo pasa con muchas hipotecas (lo que pasa es que aún no han caído lo suficiente el valor de los pisos, ni dejarán que caiga, pero hay una cláusula en el contrato de la hipoteca que viene a ser más o menos igual a lo que he comentado) ya que, no lo olvidemos, que no deja de ser un préstamo garantizado con un activo, en este caso, un piso.

De ahí que ha pasado de tener unos cientos de millones de euros en el Popular a unos insignificantes 80 millones. Entonces, ¿ha perdido dinero? Seguramente sí. Pero observemos de nuevo toda la jugada y veamos qué es lo que ha pasado.

De su salida de Bankinter obtuvo la nada despreciable cifra de 400 millones de beneficio (se vendió su participación por un valor total de 809 millones de euros). Entonces, me diréis, volvió a invertir su beneficio en Popular y la respuesta que os voy a dar es: no. El beneficio que obtiene de sus inversiones (beneficio por revalorización de activos con dinero que no es suyo, recordemos) lo suele reinvertir en renta fija (inteligente, ¿verdad?). Una vez hecho esto se vuelve a endeudar y a comprar más activos (acciones, hoteles, etc) ya que su fama (le ha salido bien durante muchos años) da confianza (la que nos falta como país).

Cierto es que para desinvertir en Banco Popular ha tenido que malvender parte del paquete de acciones (la mayoría) y cancelar (es decir, pagar de su bolsillo porque la compra es con un préstamo) la parte que no se compensa con la venta de las acciones (que como muchos de vosotros sabréis en 2009 todos los Bancos estaban por los suelos) y seguramente habrá desinvertido de renta fija pero, ni de lejos, le ha supuesto perder todo el beneficio de Bankinter.

Cierto es que, a parte de las acciones, había comprado, también con dinero prestado, diversos activos como hoteles que, debido ha la crisis mundial que ha repercutido mucho en el turismo (véase Grecia), ha tenido que cerrarlos.

Y eso es todo lo que ha pasado. En definitiva a perdido, alrededor de poco más de la mitad, del beneficio obtenido con Bankinter con las acciones del Popular y otro tanto con los hoteles. Al final casi se ha quedado como estaba (ha tenido que reestructurar sus Sicav's) aunque creo que se ha quedado con algo del beneficio de Bankinter. Así que lo que ganó en un año lo ha perdido en el otro. Pero siguen el resto de sus negocios y aumentando posiciones en sus otros activos.

Vemos lo peligroso que es jugar a crédito, siempre y cuando no tengamos suficiente cash para cubrir reveses del mercado algo que sí tiene Ram Bhavnani, pero vemos cómo con los préstamos, es decir, como decía Kiyosaki apalancamiento, se pueden obtener jugosos beneficios y no sólo de un sólo activo. Juegas con dinero de otros se lo devuelves y lo obtenido a renta fija y volvemos a empezar.

Pero esta estructura no se puede sostener si no tenemos en líquido el suficiente dinero para hacer frente a un revés de mercado (siempre nos puede ocurrir y al Sr. Bhavnani le ha ocurrido siendo un profesional). Creo que aún se tardará en volver a hacer lo mismo hasta que esta crisis, que es una crisis de crédito, pase. Más que nada porque los bancos ya no soportan más préstamos con devaluación de activos, algunos están al límite.

En definitiva, para mí, a pesar de sus reveses y errores, sigue siendo un gran inversor y sigo aprendiendo de él (también de sus errores) y sigue siendo un referente en cuestión de inversión. Seguiré con interés sus movimientos.


jueves, 10 de junio de 2010

El Club Bilderberg en España.

Todos pensamos cuando escuchamos Club Bilderberg, terrorífico nombre donde los haya, en una sociedad secreta que guía el mundo a su antojo y hace de nosotros, como mero rebaño que somos, lo que quieren.

Pienso que todo esto tiene mucho más de fantasía que de realidad. Fantasía que sí que ha sido abstraída de la realidad. Es como las leyendas. Siempre deben tener algo de verdad para que su creencia en ellas sea mayor.

¿Qué realidad puede inspirar esta fantasía?

La primera es el sentimiento generalizado, más bien globalizado, de que no somos libres en nuestras elecciones. Esto es algo real publicado en el libro Buyology, de Martin Lindstrom, demuestra que todas nuestras acciones, por lo menos en el campo de nuestras compras, están condicionadas por las sensaciones más básicas transmitidas desde la infancia. No somos libres porque elegimos siempre condicionados, aún a nuestro pesar.

La segunda porque también tenemos el sentimiento, más bien sería presentimiento, de que nuestros gobernantes son simples marionetas a sueldo de todos nosotros pero a servicio de otros. No nos falta razón porque cuando ha habido "vacas gordas" los gobernantes alentaban el endeudamiento de las familias (favoreciendo en negocio de las grandes empresas) y, ahora que estamos en "vacas flacas", nos piden que seamos nosotros los que nos apretemos el cinturón. Esto no es fantasía sino podemos ver cómo ahora son los grandes empresarios los que exigen o "guían amablemente" hacia ciertas reformas estructurales. Ejemplo de esto lo tenemos en el artículo del El Economista. Realmente, ¿Para quién trabajan los gobernantes?

Quizás sea más romántico pensar en un Club elitista que a espaldas del mundo mueve los hilos necesarios a su antojo, pero la realidad, a veces, supera a la ficción.

martes, 8 de junio de 2010

Pan y circo, aunque ahora poco pan y mucho circo


Es una táctica política que siempre ha funcionado bien a la hora de recoger votos para mantenerse en el poder, y no así el arremeter con reformas necesarias pero impopulares.

Se ha utilizado desde los tiempos de Roma hasta nuestros días por parte de nuestros políticos de la democracia (también los de antes) ya que han recurrido frecuentemente a ello. (También los de otros países, que todo hay que decirlo).

Ahora con todo lo que está cayendo de la crisis (sí, todavía no se ha ido) tenemos el Mundial 2010 en Sudáfrica.

Vale, está bien, el mundial no es una conspiración socialista para desviarnos de los problemas de la crisis, pero los tiros van por ahí. La frase utilizada por el poeta romano Juvenal en su sátira X (Wikipedia jejeje) ahora, más que nunca, adquiere todo su esplendor para ser utilizada.

Si no cómo se explica que las primas de los futbolistas españoles, sueldo del entrenador incluido, sean los más altos del mundial. Es que hay interés, y mucho, en que se gane el mundial. Por lo menos el país que lo gane tendrá un verano más tranquilo en lo referido a la política. Mientras tanto, los políticos tienen un mes de descanso (para estar fuera del punto de mira de las masas, que esos somos nosotros) para poder emprender las medidas para dinamizar el empleo, espero, verdadero lastre de nuestra economía. Y por mucho que algunos protesten, nada va a cambiar. Hay que aprovechar el momento.

Nada importa, qué todo se vaya al garete si mientras, "la roja", pasea por todo el mundo su poderío futbolístico. Tenemos el mayor paro, pero ganaremos el mundial. Se destruyen garantías sociales, pero ganaremos el mundial. Tenemos la mayor deuda... bueno en eso nos ha ganado Grecia y Portugal, pero tiempo al tiempo.

Lo grave no es que utilicen este método de distracción, sino que funcione.

martes, 1 de junio de 2010

Matrix: Game Over

Nuestra realidad, la realidad que nosotros conocíamos, que a nosotros nos habían acostumbrado, el famoso Estado del Bienestar a llegado a su fin.

Observando los movimientos económicos que se están realizando, no sólo en España, sino en el mundo entero podemos, por lógica económica, pronosticar varios escenarios futuros. La economía no ha sido nunca una ciencia exacta, debería añadir.

La realidad, tal y como la conocíamos, era un espejismo económico creado por los Estados. Fundamentada en la deuda generalizada (deuda de consumo, deuda para ir de vacaciones, deuda para comprar una casa, deuda de los Ayuntamientos, deuda de las Comunidades Autónomas, deudas de los Estados) se creía que eso nunca acabaría. Nunca acabaría porque siempre habría otro que iba a pagar las deudas que contraíamos nosotros.

Esto ha sido así hasta que se ha colapsado el juego y la deuda la tenemos que pagar nosotros. Pero, ¿tenemos dinero para pagarla? No. ¿Tenemos capacidad para endeudarnos más? No. ¿Tenemos capacidad para refinanciar la deuda? NO.

Según el Catedrático de Estructura Económica el Sr. Santiago Niño Becerra, en su artículo "El ajuste, ¿qué es?", ahora tocan políticas de contracción de gasto, porque cuando se tenían muchos ingresos no se utilizaban para cancelar deuda sino como aval para deudas más grandes. Esa contracción de gasto implicará reducción de la actividad económica y, por ende, del consumo. Por tanto, a su vez, menos ingresos lo que provocará más reducción del gasto. La única solución exportar y reforma laboral. Exportar, para fomentar el consumo que no se realiza en el país y, reforma laboral, para ganar competitividad (supone despido más barato y menores sueldos, háganse a la idea). Según el economista la nueva palabra de moda será Optimizar.

¿Todo esto qué traerá consigo? Un período de empobrecimiento general y duradero en el tiempo. Ya he dicho que la economía no es una ciencia exacta, eso espero. Para poder volver al estado del bienestar deberíamos volver a tener capacidad para endeudarnos de nuevo. Podría no ser así. Podría ser de otra manera. El juego se ha acabado por un tiempo. Tenemos que despertar de nuestro sueño y reaccionar. Todo esto será así si dejamos el futuro en manos de los otros.

Wake up Neo.

Game Over. Insert Coin.


Nota: Basado en el artículo de opinión del Sr. Santiago Niño Becerra en la web de Moisés Romero La Carta de la bolsa, publicado el día 01 de junio de 2010.