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viernes, 18 de marzo de 2016

La complejidad del Análisis Técnico

El Análisis Técnico es una técnica de análisis del mercado compleja muy usada por cualquier trader, inversor o especulador, llámense como quieran ser llamados, debido a su facilidad de elaboración y lo visual de su uso. Es frecuentemente mal usada o, al menos, no muy bien entendida por el inversor medio pues muchos creen que con esa técnica se puede predecir qué hará la acción o el mercado en el futuro. Nada más lejos de la realidad.

El origen viene de mucho antes de la invención de los ordenadores, de finales del siglo XIX, cuando un periodista y economista americano Charles Henry Dow junto con Edward David Jones crean el germen de lo que hoy se conoce como índice Dow Jones 30 y supone, aunque quizá no la primera, la aplicación de la ciencia estadística a la economía. Todo ello configurando lo que se conoce como Teoría de Dow que es la explicación de la aplicación práctica de la utilidad de los índices y, en definitiva, de todo gráfico económico. En ellos, en los gráficos, encontramos tres elementos: precio, histórico y tendencias.


Entendiendo el precio de un bien como el conjunto de valoración del mercado en un momento dado podemos decir que el precio refleja el último precio al que se vende o compra un bien en el momento de verlo. Es como realizar una foto en este instante, no dice nada más, ya que refleja una imagen muy superficial del bien en cuestión. Lo siento por los defensores de la Teoría del Mercado Eficiente pues si bien es cierto que el precio refleja toda la información pública (y puede que no pública) hasta ahora nadie puede asegurarte que toda esa información sea verdadera. Queremos creer que sí pero puede resultar falsa o ignorar que mucha de esa información es una visión subjetiva de alguien y se puede equivocar aun sin mala fe. Como dice Warren Buffett, si los mercados fuesen realmente eficientes él estaría sin trabajo.

Si nos realizásemos una foto en este instante, un selfie, nos veríamos a nosotros mismos tal cual estamos pero no tiene que reflejar la realidad per se pues no nos dice las enfermedades que estamos padeciendo (siempre que no sean visibles) no porque las ocultemos (que podría ser) sino porque igual ignoramos que las estamos sufriendo hasta no realizar un chequeo más en profundidad (como podríamos hacer en una empresa con un análisis fundamental) ni las que hemos padecido ni las que padeceremos. Eso es el precio, ni más ni menos.



Un gráfico es la representación visual del históricos de precios (diarios, semanales, mensuales, etc) de un valor o un conjunto de ellos. En este caso ya podemos deducir qué le ha pasado a la valoración durante un período más o menos largo de tiempo. Vemos su evolución pasada con sus momentos de euforia o de bajón, sus momentos buenos y sus momentos malos, cuánto han durado cada uno y lo que representa el precio actual en ese último tramo de la vida de ese bien o valor. Aquí ya podemos deducir qué es lo que le ha pasado y dónde se encuentra ahora con respecto con ese pasado más o menos reciente y, siguiendo con el símil del selfie es como si nos hiciésemos un selfie cada día durante muchos días, ¿qué veríamos? ¿seríamos capaces de predecir lo que nos depara el futuro a partir de ahí? El futuro no, pero sí que veríamos nuestra evolución y sí que podríamos decir cual puede ser, sino cambian las cosas, la evolución física nuestra. Eso es un histórico, un gráfico, que nos muestra las distintas valoraciones de un bien según las informaciones públicas y las estimaciones subjetivas de todos los participantes del mercado. Dista de ser eficiente pero sí que nos muestra, sino cambian las cosas, hacia donde irá ese valor. Aquí surgen los otros dos elementos del análisis chartista: el histórico o gráfico y las tendencias o evolución pasada del precio.


En el gráfico vemos qué tendencia está ahora mismo el valor o conjunto de valores y si la está siguiendo o cambiando, aunque de eso nunca podremos estar plenamente seguros hasta que el tiempo nos lo muestre. La Tendencia fue el gran descubrimiento de Dow y Jones y su interpretación. En ese instante la forma de ver la economía cambió. Y comenzamos a creer que, como en la paradoja de Montecarlo, todo movimiento del precio futuro seguiría inalterable influido por sus movimientos pasados. Seguimos la herencia de la física mecanicista newtoniana, y en parte tenemos razón, pues el precio se compone de dos variables: información pública actual y expectativas futuras. Si ambas no cambiasen el precio no cambiaría, pero evidentemente algo cambia cada día. Por eso es bueno asegurar el error en la estimación del movimiento futuro con órdenes Stop Loss ya que la estimación de hoy puede ser errónea dentro de una hora, mañana, al cabo de unos meses...

Esto es el análisis técnico, una foto fija actual con el movimiento pasado más reciente pero que nada puede augurarnos del futuro próximo... ¿o sí? Dejaré que cada uno diga su experiencia.

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