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viernes, 10 de junio de 2011

Fracaso del Movimiento 15M

Desde el 15 de mayo de 2011 estamos presenciando algo que tenía que llegar. No se pudo escoger mejor momento que el de la campaña pre-electoral.

A la imagen de los países del norte de África, y como anteriormente se habían manifestado violentamente en Grecia, se ha desplegado (por fin!) el descontento social. Ese que se estaba conteniendo en el interior de cada ciudadano manifestándose, en un movimiento pacífico y sereno ejemplo para todo el mundo, en la Acampada Sol. Si es que el español aguanta, hasta que ya no puede más.

Para mí ha sido un movimiento bienintencionado con propuestas más o menos coherentes y heterogéneas, incluso contrarias dependiendo del grupo con el que se hable, pero que tienen un denominador común: INDIGNACIÓN.

Indignación por la mala gestión política y económica, indignación por las mentiras dichas por los políticos, indignación por la falta de participación real, indignación porque solo se reparten el pastel unos cuantos y crean la pantomima de las elecciones. Si los políticos son nuestros representantes para velar para que no ocurran crisis como estas afirmo una de sus reivindicaciones: Políticos, ¡estáis despedidos!

Para mí fue una grata sorpresa y muy ilusionante ver cómo miles de personas salían a la calle de forma pacífica a reivindicar su descontento contra la gestión de los poderes políticos. Pensé que algo iba a cambiar, que algo estaba cambiando.

Cual fue mi sorpresa al descubrir que todo ha fracasado.

Todo con el tiempo se acaba.

Pero el fracaso, desde mi pobre punto de vista, es doble. Sí, ha sido doble fiasco.

El primer fracaso se ha dado en el eje de su reivindicación del movimiento 15 M. Esta giraba a través de una indignación por la dualidad política PP-PSOE que, a mi manera de entender la política, se han repartido el pastel de la cosa pública o res publica (que dirían los antiguos latinos) no por un pacto fáctico o real entre ellos (lo siento por todos aquellos que les gusta las conspiraciones) sino por un savoir faire en política, más profesional, y mayor presupuesto. Pero lo que verdaderamente me deja pasmado es su completa maquinaria de propaganda, con medios de comunicación propios, y, además, cambiando la ley electoral a su antojo para limitar la propaganda a retransmitir, de otras opciones políticas, en los medios de comunicación. Sí, el movimiento tuvo su eco mediático pero se veía venir su fin pues, antes o después, en las noticias, solo se vería el duelo PP-PSOE.

Ese ha sido el mayor fracaso porque el verdadero vencedor de las elecciones ha sido el PP.

También ha habido otros ganadores. Bildu (que están en las elecciones por decisión judicial que para mí ha sido una tomadura de pelo en toda regla), UPyD (el menos malo y que como no tiene nada que perder me parece el más valiente y va dando ejemplo) y también tenemos a IU o Compromís en Valencia (que no han hecho nada del otro mundo, que sus propuestas son tan trasnochadas como siempre pero que han recogido parte de los platos rotos de la desbandada socialista y de ello se han beneficiado) o los partidos nacionalistas (que con reivindicar la lengua propia de cada región se va acabar con la crisis) pero descaradamente ha ganado el PP y aún no sé por qué. No sé por qué, ya que han gobernado durante 7 años en, por lo menos, la mitad del territorio (en sus CCAA) y están casi tan endeudados o más que el Gobierno central (¿éstos van a sacarnos de la crisis?¿si no sé como han ganado en sus Comunidades?, si tienen tantos imputados en sus filas como el PSOE, si sus comunidades son tan deficitarias como las del PSOE y la mitad de sus propuestas no son suyas).

En segundo fracaso llega en su organización. Ningún grupo de personas por muy unidas en la consecución de un fin común puede durar sin organización (vaya casi me sale como si fuera la definición de empresa). Su impulso se gestaba en la pura y simple indignación y, aunque han salido algunas propuestas más o menos coherentes, no está gestionado a través de ningún grupo organizado. Solo indignación. Era su mejor baza y raíz de su fin. Si a esto añadimos que se han unido decenas de antisistema que entre ellos mismos se boicotean y dejan en entredicho lo de democracia real ya! apaga y vámonos. El boicot es evidente porque solo hay que pasar por alguna de las acampadas y si no piensas como ellos son fáciles con el insulto y el desprecio personal en público. (el insulto que más gracia me hizo, por lo de trasnochado, fue el de "burgués"). Me extraña que no se empiece a generar violencia porque es lo único que buscan, provocar.

Señores para pedir derechos y respeto a las ideas también hay que respetar los derechos y las ideas de los demás, que nadie tiene la verdad absoluta y de ahí nace la libertad. La libertad sin respeto no vale de nada.

Se pedía más justicia, más participación, menos corrupción, más realidad y, sobre todo, menos paro. No sé si se conseguirá, al final el mercado se regulará solo cuando se equilibren los desajustes económicos.

En fin, el movimiento hizo su función: ha removido conciencias, ahora ya no tiene sentido mantener la agonía del movimiento popular durante 10 meses más (hasta las próximas elecciones) y ha sido un toque de atención a los políticos.

Espero que tomen nota y se tomen en cuenta las propuestas.

Un saludo.

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