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lunes, 6 de febrero de 2012

El banco es el enemigo


Cada vez son más los conocidos míos que al hablar de la banca coincidimos en que, por su experiencia y parafraseando al Jefe de la Policía de Valencia, “el banco es el enemigo”.

¿Por qué?

Porque se espera de ellos una transparencia y una franqueza que no muestran, no asesoran, engañan en sus “consejos” y siempre tiene un afán de lucro insano del pobre cliente, sea cual sea su edad y nivel de conocimientos y riesgo (critico el lucro insano, no el lucro en sí).

Digo insano porque a los clientes se nos trata como a borregos, siendo la mayoría gente sin conocimientos económicos técnicos (parte de culpa lo tiene el cliente por no leerse la letra pequeña ni meditar suficientemente el supuesto producto de “desinversión”) al cual siempre se le intenta “colocar” este o aquel producto interese o no al cliente por sus conocimientos y/o riesgo deseado.

Esto al final pasa (o pasará) factura a los bancos comerciales en el sentido de que cada vez menos gente va a confiar en ellos. Así cada vez lo van a tener más difícil captar pasivo de la gente para sus cuentas de resultados.

Como podrían decir los indignados: “más colchón, menos inversión”.

Quizá el público no sacará el dinero en plan corralito pero perjudica, en esto otro, a la banca comercial sobre todo en los tiempos que estamos. La misma tiene una función social muy importante pero cada vez el descontento, simplemente, es mayor. Y no hay responsabilidad corporativa que lo cambie.

La gente también aprende, aunque sea a base de palos.

Un saludo.

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